Exposición reúne la mirada de 14 fotógrafas sobre la identidad femenina y la memoria

La inconformidad y el malestar por las problemáticas sociales que han afectado históricamente a las mujeres es una de las preocupaciones temáticas que motivan la exposición Mi cuerpo, mi archivo, de Punto Ciego Colectiva, que se inaugura hoy, a las 18:00 horas, en la librería U-tópicas de Coyoacán.

Es la búsqueda de modos de expresión que se correspondan con sensibilidades no hegemónicas y que contesten a las miradas dominantes”, asegura la escritora y artista visual Anaïs Abreu D’Argence.

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Explica que cuando se habla de “mi cuerpo, mi archivo” están refiriéndose a dos de los recursos más importantes del arte contemporáneo. “El cuerpo, como elemento primario para desarrollar narrativas desde la perspectiva femenina, que están interesadas en la memoria, la sexualidad, la familia, la violencia y los cruces entre el espacio doméstico y el público.

Y el segundo es un planteamiento de independencia y de emancipación que busca representar el cuerpo femenino como un reducto de libertad y resistencia”, detalla la también editora.

Dice que la idea es “llevar los procesos de investigación artística más allá de lo visual, abordar este proyecto desde una perspectiva de género, emplazar al cuerpo en un lugar que no quede subordinado a la mirada hegemónica, hacer un lugar para el discurso femenino en los procesos fotográficos artísticos, desmontar la centralidad de la mirada y recodificarla en el aparato fotográfico”.

La muestra reúne obra de 14 mujeres fotógrafas de diferentes nacionalidades, que integran la agrupación. “Desde este espacio comunitario  buscamos reflexionar, replantear, contextualizar, debatir y crear”, añade la directora del sello La Dïéresis.

Participan Adriana Estivill, Anaïs Abreu, Atziri Carranza, Carmen Inés Bencosme, Gaby Guetz, Iris Pérez, Lilian Guerrero, Mabe Guzmán, Sandra Parra, Slavkina Zupcic, Tere Arvide, Viviana Beltrán, Yolanda Luna y Zura Lagarde.

RESTAURA ACADEMIA PLANCHAS DE GOYA

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid presentó el viernes pasado los trabajos de restauración de las planchas de cobre grabadas al aguafuerte por Goya, que constituyen una de las cumbres del grabado universal.

El objetivo de los trabajos fue detener lesiones que se han observado en los últimos años. Se trata de corrosión provocada por la formación del “efecto pila” entre el cobre de la matriz y las capas metálicas superpuestas, lo que se produce de forma natural, favorecido por la humedad ambiental.

Según el museo, este efecto es más pronunciado en los acerados y niquelados; mientras que, por el momento, son más estables los recubrimientos de cromo. El pasado 2 de enero se iniciaron los procesos sobre la colección de 80 planchas calcográficas de Los Caprichos.

Previo a las intervenciones, las obras fueron analizadas por Laura Alba, restauradora del Museo Nacional del Prado, mediante un equipo de fluorescencia de RX, con el objetivo de determinar los elementos que componen las capas metálicas de los recubrimientos.

El proceso inicial consistió en documentar los depósitos de las superficies mediante microscopio digital, generándose documentación gráfica en la que se observan los depósitos de tintas, barnices y capas de protección y focos de alteración de los metales, tanto de la plancha de cobre como de los diferentes recubrimientos.

-DPA

cva