Reconquista a  la inversa

Con una infinidad de temas socioculturales en común, España y México a lo largo de los últimos cinco siglos han tenido innumerables lazos que nos permiten tener una gran cercanía, ya ni hablar

de la inmensa colonia hispana en nuestro país, así como el creciente número de mexicanos que ahora viven en la denominada madre patria.

Más allá de los que a toda costa quieren negar la gran influencia en la historia de nuestro país en cuanto al idioma, la cultura, la religión, que en mayor cantidad se profesa en nuestro país, muchos otros temas que conforman un sincretismo innegable los hacen afines, y muy, pero muy, cercanos.

Estamos a días de conmemorar 495 años del primer registro de una corrida de toros en nuestro país de acuerdo con los relatos que se hacían desde aquí a la corona hispana de los acontecimientos en el marco de la conquista, negar que es una festividad que se ha incrustado en esos cinco siglos en nuestras tradiciones es como negar el día y la noche.

Basta darse una vuelta por la península de Yucatán para observar en casi todos los poblados que en sus usos y costumbres, dentro de sus festividades patronales, siempre hay toros, que son lidiados en muchos casos a la denominada usanza española, pero también en muchos de los pueblos se hacen festejos taurinos dentro de un mestizaje muy especial donde los locales torean a caballo, o sencillamente montan a los toros en una especie de jaripeo y los torean con sarapes, reitero, son tradiciones muy arraigadas en muchas poblaciones de origen maya y de todo nuestra geografía.

Sirva todo ese preámbulo para intentar replicar, dadas las innumerables coincidencias producto de la conquista, en intentar tomar el ejemplo para lograr llevar nuestro alicaído deporte hasta el nivel que han alcanzado en España, si observamos sus resultados, más allá de los grandes triunfos en el futbol, han logrado ser un gran competidor en infinidad de especialidades gracias a un enorme trabajo conjunto de las autoridades deportivas de ese país, con importantes patrocinios de empresas que han decidido apostar por el desarrollo del deporte español.

Desde los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el deporte hispano es un sinónimo de éxito, y lo acontecido hace un par de días en el tenis de Wimbledon con el triunfo de Carlitos Alcaraz, así como con el triunfo del seleccionado español en la Eurocopa, me hace pensar que les podemos aprender mucho, que podemos enviar a muchos de nuestros prospectos a pulirse y convivir con los campeones, es pues, un terreno fértil para foguear a los nuestros en condiciones muy adecuadas para una adaptación integral. ¿Por qué no?

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