Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

París bien vale

19 de Julio de 2024

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Una sola semana nos separa del inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, francamente que lamento profundamente no poder acudir en esta ocasión a participar de la fiesta más maravillosa del deporte, una bellísima puesta en escena deportiva, la más luminosa, sin lugar a dudas, la que será mi décima edición de Juegos Olímpicos como comentarista deportivo, ya ha pasado algo de tiempo.

Maravillosos recuerdos vienen a mi mente, como los vividos en la primera edición que tuve el honor de colaborar, en ese tiempo, en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, que me resultaron inolvidables, pues, a pesar de trabajar durante todo el día en mi otra profesión en el sector financiero, por la tarde salía a toda velocidad para llegar a Televisa y narrar las distintas pruebas, pues una parte del equipo se había desplazado hasta Corea del Sur y otros nos quedamos para, desde los estudios, comentar las distintas especialidades, y eso era toda la noche, de ahí rápido a casa para dormir un par de horas y de regreso a la rutina, una paliza, pero resultó emocionante aprovechar esa oportunidad.

A partir de ahí tuve la gran fortuna de acudir ininterrumpidamente a colaborar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, Atlanta 96, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Siete inolvidables ediciones de las que me quedo con Barcelona, a pesar de que sólo se ganó una medalla, pero fueron unos juegos espectaculares. Sídney, increíbles con la calidez de los australianos y los resultados que mejoraron considerablemente para nuestro país, incluida la medalla de oro de Soraya Jiménez, de ahí en adelante, los mejores, sin duda, han sido los de Londres 2012, pues la cosecha de medallas ha sido la mayor de la historia fuera de nuestro país, incluida la medalla de oro en futbol, en aquella inolvidable final ante Brasil en el mismísimo Wembley, una locura. Sólo de recordarlo se me llenan los ojos de lágrimas, algo sumamente emotivo.

Lamentablemente, no acudí a Tokio 2020, en el 2022, pues, además de la muy desafortunada pandemia, se decidió que la cobertura se hiciera desde nuestros estudios, situación similar a lo que ocurrirá a partir de la próxima semana, solamente resta soñar con los maravillosos escenarios que la Ciudad Luz proveerá para tan luminosa puesta en escena deportiva.

París es un portento de ciudad, de historia, de belleza y sabor. Vaya maravilla que resultó la Copa Mundial Francia 98, viví en esa hermosura de metrópoli por más de un mes, sencillamente fue algo maravilloso, es un compendio de belleza. Estoy seguro de que será una brillantísima edición de los Juegos Olímpicos, quizá la más. Espero también que nuestros deportistas pongan en alto a nuestro país en sus respectivas pruebas.

París bien vale…

 

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