Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Aspiración legítima

30 de Julio de 2024

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A pesar de que en 1968, cuando se llevaron a cabo los increíbles Juegos Olímpicos de México, yo sólo tenía seis años de edad, el impacto que me generaron, siendo muy pequeñito aún, me hizo enamorarme del deporte desde entonces, enamorarme de los triunfos de mis paisanos, a pesar de

la escasez, enamorarme de ver en lo alto de un podio a un compatriota y, en esta etapa de mi vida,

me sigo cuestionando todo lo que se ha hecho tan mal para tener un deporte que, en cada edición de la máxima justa deportiva, nos genera tan pocas alegrías y, después de la terrible gestión de la actual dirigencia gubernamental, la cosa no pinta nada bien. Estoy convencido de que nuestra población infantil y juvenil necesita el deporte, pero no sólo como un camino a las medallas olímpicas o panamericanas, se necesita un deporte masivo que logre mitigar la enorme descomposición social que actualmente vivimos y que, lamentablemente, podemos observar en todos los noticiarios a diario.

Fuimos testigos de unos terribles debates entre los candidatos a la Presidencia del país y el deporte fue mencionado escuetamente en dos o tres ocasiones, sencillamente es ignorado. Lo que sucede, en los hechos, es que se lleva al cargo de la mayor jerarquía a nivel gobierno en el deporte a personas incapaces o, peor aún, incapaces y muy corruptas, como sucede en la actualidad.

Son héroes y heroínas quienes nos representan en los Juegos Olímpicos, son jóvenes que comienzan su competencia en su propio país donde el enemigo parece estar en sus directivos. Estamos atascados con pésimos personajes en cargos importantes a nivel gubernamental, así como en casi todas las federaciones deportivas, que se han convertido en una cueva de ladrones, con sus muy honrosas excepciones, lamentablemente, las menos. Y de ese atascadero será difícil salir y producir mejores resultados. Cada cuatro años se acuerdan nuestros gobernantes, en el mejor de los casos, del deporte, cada cuatro años es la misma decepción y les tengo malas noticias, a no ser que haya un cambio de raíz en la forma de dirigir los organismos, públicos y privados, como lo son la Conade y las federaciones deportivas, seguiremos siendo un país con resultados mediocres, con deportistas que luchan contra todo desde casa y con la lógica decepción de los mexicanos, que quizá, como yo, estamos hartos de tanta podredumbre y tan pocos éxitos. Cuando, por la composición de nuestra población, aún muy joven, por el tamaño de país que somos y demás factores, debemos estar entre los mejores quince del mundo, es decir, estamos lejos, muy lejos de donde merecemos. He dicho…

 

 

 

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