Parejas

La espera se ha hecho larga, pero mañana arrancan las Finales de la NBA. Los Celtics y los Mavericks comenzarán el compromiso que definirá al monarca de la mejor liga de basquetbol del mundo.

Curiosamente su enfrentamiento en las Finales parecía algo difícil de ocurrir hace unos meses, porque, mientras Boston dominó el Este de principio a fin, terminando con el mejor récord de la liga, Dallas tuvo un inicio poco alentador, y no fue hasta que pasaron varias semanas para que mostrara su máximo potencial.

Los Celtics, todavía heridos por su dolorosa eliminación a manos de Miami en la antesala de la serie por el título, y de haber perdido las Finales en 2022 ante Golden State, realizaron varios ajustes para de una vez por todas dar ese paso que se le ha negado a la franquicia desde la última vez que levantaron el trofeo Larry O’Brien en 2008.

Su gerente general, Brad Stevens, entendió que necesitaba hacer algo para fortalecer al equipo.  El directivo hizo caso omiso a las voces que insistían en romper por completo la base que ya tenía, especialmente las de aquellos que pedían que cambiara a Jaylen Brown, a quien muchos consideraban incapaz de congeniar con la otra estrella del equipo Jayson Tatum, en lugar de hacer eso decidió cambiar al veterano y líder del roster Marcus Smart, y trajo a dos jugadores que le han dado otra dimensión: Jrue Holiday y Kistaps Porzingis.

Con las nuevas adiciones, y con el crecimiento de Derrick White, Boston se vio fortalecido, dándole al coach Joe Mazzulla armas para sacar mayor provecho de Tatum y de Brown. Los resultados son evidentes, al encontrarse a cuatro triunfos de levantar el banderín 18 para la franquicia.

Dallas parecía que iba rumbo a otro fracaso, hasta que la química entre Luka Doncic y Kyrie Irving por fin llegó. Poco a poco se transformaron en la mejor pareja de bases, comenzando a remontar lugares en la tabla de posiciones. La ofensiva instantáneamente se convirtió en una de la más prolíficas de la NBA.

El gerente Nico Harrison le dio al coach Jason Kidd dos piezas clave con cambios que trajeron a P.J. Washington y a Daniel Gafford, y que junto al novato Dereck Lively, Tim Hardaway Jr y Derrick Jones Jr le han dado profundidad al equipo, quitándole algo de peso a Doncic y a Irving.

Boston ganó los dos duelos en la campaña, pero Dallas se ve mucho más solido que en aquellos partidos. Muchos expertos creen que el paso por una Conferencia más competitiva le da una ventaja a los Mavericks, además de considerar que los Celtics tuvieron suerte de enfrentar rivales diezmados por lesiones.

El pronóstico es complicado, pero si tengo que elegir un favorito me iría por el equipo con mayor profundidad, y ése es Boston.

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