Juan Carlos Veraza

Juan Carlos Veraza
El deporte por nota

Maestro

08 de Mayo de 2024

COMPARTIR
SÍGUENOS

Desde que tengo uso de razón soy aficionado al futbol. Un factor fundamental para que eso ocurriera fue la influencia de mi papá y mi hermano mayor, que me transmitieron su pasión, transformándome en un loco por este deporte. Con ellos jugaba cuando era un niño en el jardín de mi casa, y además me contaban anécdotas acerca de los personajes más importantes del balompié.

Entre esos nombres estaba el de un larguirucho técnico argentino, que había guiado a la selección de su país al campeonato mundial en 1978. Ese entrenador logró darle a uno de los países más apasionados del futbol algo que nunca habían logrado, por lo que se transformó en una leyenda. Obviamente me refiero a César Luis Menotti.

El Flaco fue muy conocido en su país. Saltó a la fama como entrenador de Huracán, club al que guió al título en Argentina, para convertirse en uno de los técnicos más reconocidos de su país, y luego en el seleccionador nacional con la encomienda de buscar el título del Mundial que jugaría en casa.

La primera vez que lo vi fue en 1980 en un especial de televisión en Canal 13, era un recuento las Copas Mundiales hasta ese momento. El programa iba en orden cronológico, terminaba con la de Argentina 1978. Así pude ponerle rostro al hombre del que tanto me habían hablado. En esas imágenes se veía a Menotti con su cabello largo y sus enormes patillas, vestido elegantemente con una gabardina mientras daba instrucciones a sus futbolistas.

Ese título lo transformó en uno de los técnicos de mayor reconocimiento en el orbe, razón por la que tras el Mundial de España 1982 se fue a dirigir a España. Es cierto que nunca alcanzó las alturas que obtuvo con aquel equipo argentino, pero siempre se mantuvo fiel a sus ideales, aquellos de buscar la posesión del balón, el buen trato a la pelota y el jugar en campo rival, razón por la que siempre fui aficionado a su estilo de juego.

Por eso, cuando los directivos de la Femexfut anunciaron su llegada como entrenador de la selección me emocioné, por primera vez tendríamos a un técnico de clase mundial, que podría cambiarle la cara a nuestro futbol. No tengo duda de que íbamos en ese rumbo, generando una mentalidad diferente en el jugador local, con una exigencia distinta, algo que se notó, incluso, cuando él se fue de México.

Por desgracia, su paso fue fugaz, las mezquinas diferencias entre los dueños, su obtusa visión y su lucha por el poder, lo llevaron a irse. Es innegable que es el mejor seleccionador de nuestra historia. Otro aspecto que siempre recordaré fue su manera de expresarse, era un filósofo del futbol, con conceptos e ideas claras que permitían entender mejor ese hermoso juego. Ahora se ha ido, pero deja un legado enorme, con el recuerdo de su pasión, liderazgo y conocimiento que siempre me acompañarán. Nos despedimos de uno de los grandes maestros del futbol.

 

COMPARTIR EN REDES SOCIALES

SÍGUENOS

COMENTARIOS