Columnista invitado adrenalina

Columnista invitado adrenalina

Mbappé, por el trono

09 de Julio de 2018

COMPARTIR
SÍGUENOS

 

Por Lothar Matthäus

Antes de analizar lo que viene, las dos semifinales, me gustaría mirar atrás y comentar lo que nos dejó la ronda de cuartos. El equipo que más me gustó fue Bélgica. El 2-1 contra Brasil fue uno de los mejores partidos del Mundial. Tuvo todo lo que un aficionado al futbol desea: apuestas decididas, técnica y drama. Para mí no fue una gran sorpresa que ganara Bélgica. Su victoria confirmó la tendencia de este Mundial: el supuestamente más débil manda a su casa al más grande.

A Brasil le ha ocurrido lo mismo que a Alemania, Argentina o España. Si alguien antes del Mundial hubiera dicho que ninguno de estos equipos llegaría a semifinales, todos lo habríamos negado. Pero creo que los cuatro semifinalistas, Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia se han merecido estar ahí. Jugaron a un alto nivel y fueron constantes.

La calidad ha prevalecido en esta  Copa del Mundo. Inglaterra, con sus jugadores veloces; Croacia, con su inteligencia; Francia, con un equipo que funciona como una unidad; y Bélgica, con su sofisticación táctica. Brasil se vio sorprendida por la apuesta de Bélgica de situar a Romelu Lukaku en una banda y dejar la punta del ataque para Kevin de Bruyne. Fue una lección maestra de táctica por parte de Roberto Martínez. Eso, unido a la clase individual y la eficacia, fueron las claves del éxito belga. No obstante, no se le puede reprochar nada a Brasil: no jugó peor que Bélgica y perdió ante un equipo muy fuerte,  no como Alemania, la campeona mundial, que cayó ante selecciones de nivel medio como Corea del Sur y México.

Los ingleses, por su parte, mostraron que tienen un gran potencial con muchos jugadores jóvenes como John Stones y Harry Kane. Inglaterra también se beneficia de la Premier League, una liga muy fuerte con jugadores internacionales y entrenadores como José Mourinho, Pep Guardiola y Jürgen Klopp.

Las semifinales han quedado muy equilibradas. No hay ningún claro favorito en los duelos Bélgica-Francia y Croacia-Inglaterra. La primera enfrentará a los dos mejores equipos posiblemente del Mundial. De los cuatro que quedan, Francia es el único equipo que entraba en las quinielas para acabar en el podio del Mundial. 

Francia me gustó mucho porque juega como una unidad, con una organización muy disciplinada, lo que es un poco sorprendente para  una selección tan joven. Pese a tener a jugadores fantásticos, Les bleus juegan más compactos, incluso que una Bélgica que tiene su gran valor en el lado ofensivo. Lukaku me entusiasmó especialmente, no sólo por sus cuatro tantos, sino por su trabajo para el equipo gracias a su enorme fuerza y presencia. Diría que ese tridente de ataque que forma con De Bruyne y Eden Hazard tiene más calidad que el de los franceses. En ese equipo están Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Olivier Giroud tirando paredes, lo que lo convierte en un hombre muy importante.  Pero no tiene las cualidades individuales que se ven en el tridente belga. Las diferencias son muy pequeñas y creo que será una semifinal tremendamente igualada.

Este Mundial está siendo dominado por equipos y nombres nuevos. Y eso podría afectar a la elección del mejor futbolista del mundo. Si el joven talentoso Mbappé se convierte en campeón del mundo y anota uno o dos goles más, puedo imaginarme que el 24 de septiembre, durante la gala de la FIFA, haya otro ganador que no sea Messi o Cristiano Ronaldo, los hombres que han monopolizado el galardón en la  última década.

 

COMPARTIR EN REDES SOCIALES

SÍGUENOS

COMENTARIOS