Dos trials feroces

Mirad qué cosa tan hermosa es la natación. A más de 14 mil km de distancia entre Brisbane e Indianápolis, cientos de jóvenes con miles de kilómetros en sus espaldas disputan dos plazas individuales en las pruebas del programa de natación de los JO de París. Mirad cómo la cultura anglosajona funde en forma fascinante con el sello eterno de la lucha lo cruel con lo hermoso. Añadamos —el deporte nunca ha estado desligado de la política— cómo mezclan, como aparece en las primeras líneas de Macbeth, lo dicen las tres brujas, Paddock entre ellas: “Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso”. Del 10 al 15 de junio se celebró en el Aquatic Center de Brisbane el Trial de Australia y en la cresta de la ola brilló Ariarne Titmus con el récord mundial en los 200 m nado libre en 1’52”23 (promedio de 28.575 segundos cada estanque de 50 m), en un nado con los codos en alto en expresión de energía, vitalidad espoleada por la victoria parisina, en donde podrá ensanchar los círculos concéntricos del RM y, acaso ella y su compañera Mollie O’Callaghan, relegar a un probable tercer lugar a la estrella norteña Katie Ledecky. Poco antes de las 19.30 horas de ayer en México, Ledecky cronometró 1’55”22 en 200 m libres. Los trials en estos países en algunas pruebas son de más alta clase, aunque, naturalmente, con menor trascendencia que unos JO.

El sábado, al principiar en el estadio Lucas Oil, Gretchen Walsh, de 21 años, de Nashville, Tennessee, octavo y último lugar en el Mundial de Fukuoka, deslumbró al romper el RM de los 100 m estilo mariposa en 55’18” (25.45 -29.73). Destrozó el RM de la sueca Sarah Sjöström, oro en Río de Janeiro en 55’48”. Algo de historia: el 6 de abril de 2022, Indianápolis recibió la sede del Trial. Los últimos cuatro trials se habían celebrado en Omaha, Nebraska. La última ocasión que los organizó Indianápolis fue en el 2000 con vistas a los JO de Sidney y en el 2004 se efectuaron en Long Beach, California. ¡Por qué regresan? Hace 100 años, Indianápolis fue sede de los trials con miras a los JO de París 1924. De ahí surgieron símbolos legendarios inmarcesibles: Johnny Weissmuller, ganador del oro en los 100 y 400 m nado libre, y Gertrude Trudy Ederle, mujer arquetipo de lucha contra la adversidad, entre otros.

Los países anglosajones son muy respetuosos de sus valores y festividades. No así de otra fiesta centenaria como la de Atenas 1996, a la que le arrebataron a Grecia, por intereses crematísticos, los JO. Observe cómo con un ojo, y la mano en el otro bolsillo, Europa y los países anglosajones miran a Putin y la guerra Rusia-Ucrania y a Netanyahu en la sevicia y genocidio en el conflicto Israel-Palestina. La expresión deportiva cobra momentos luminosos. Mientras, los resultados de uno y otro Trial van a arrojar abundante información de las perspectivas en París, donde se zambullirán cetáceos de la talla de Léon Marchand, que va no sólo por el oro, sino por la proeza sideral de hacer astillas el tiempo de 4 minutos en los 400 m medley, o la dupla que prenderá fuego en los 100 m, Popovici o el actual plusmarquista, el chino Pan Zhanle.

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