Amarga monomanía

La derrota que Vladimir Krámnik sufrió en Madrid mostró una faceta grotesca de su personalidad. El gran maestro peruano-mexicano José Eduardo Martínez Alcántara le arrancó la máscara, durante el match de blitz presencial y online, en Madrid, y descubrió otra, oculta, la del mal perdedor, sostenida y atizada por la vanidad y petulancia de haber sido campeón mundial. Ha reaccionado como la reina de corazones, con ciega furia. Parecía tan normal cuando en Occidente algunos, idealizando, lo llamaban de adolescente El quinto Beatle. Corren por las redes sociales las amenazas de demandas legales contra Chess.com y contra el MI David El Vivis Martínez, organizador del match, a los que acusa de haber hecho trampa; de manipular computadoras y consolas. Afirmaciones sin presentar pruebas. Conforme al apotegma del letonés Aaron Nimzowitch, “la amenaza es más fuerte que la ejecución”, Krámnik advierte: “Se aproximan procesos legales muy duros”, con la intención de no dejar títere con cabeza. Otra frase que arrojó: “El que ríe al último ríe mejor”, (¿¡!?). Expresiones embarradas de un tono infantiloide impropio de un GM de su talla, y con la amenaza de llevar sus alegatos a los tribunales, con miserable pérdida de tiempo y dinero. El match, con todas las incidencias antideportivas de VK —exigió computadoras nuevas; el 2o día no concluyó el total de las partidas y el 3o abandonó el match tras que su computadora tuvo una falla. Martínez Alcántara y el organizador se pasaron de amables y tolerantes; en otro certamen le aplican el reglamento deportivo y, cuando menos, le colocan cero o lo expulsan—, parecía disolverse plácidamente en las brumas del pretérito, saltó de las tersas notas de la Pastoral a la más poderosa de las codas sinfónicas. El año pasado, Krámnik manifestó que se le hacía muy sospechoso que un jugador pudiese lograr una racha de 46 partidas sin perder (+45,=1,-0), en alusión a Hikaru Nakamura, entonces The New York Times lo entrevistó y respondió que sus comentarios no representaban una acusación. Este martes, Nakamura, en el torneo Titled Tuesday, “Martes titulados”, ocupó el primer lugar con 10 ½ puntos de 11 posibles. Hace unas semanas, tras perder ante Martínez Alcántara, lo tachó abiertamente de tramposo en conducta semejante a la del noruego Magnus Carlsen tras perder dos partidas ante el joven estadunidense Hans Niemann. El ajedrez vive uno de los mejores momentos de la historia. Krámnik no se distingue por practicar el fair play. Usurpó la posición oficial de retador que le correspondía a Alexéi Shírov, quien lo derrotó en Cazorla por 5 ½ - 3 ½. Topalov lo acusó de tramposo y emplear algún aparato electrónico tras de que VK fue 50 veces al baño en cuatro horas. La FIDE debe intervenir, como lo hizo con Carlsen, al que impuso una multa de 10,000 euros por las acusaciones sin fundamento a Niemann. La arrogancia y, principalmente, ligereza de Krámnik merecen una sanción ejemplar.

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