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De bielorrusa a polaca, así llega Krystsina Tsimanuskaya a París

Tsimanuskaya se nacionalizó polaca un año antes de su participación en atletismo en los Juegos

Tsimanuskaya posando a cámara
La polaca competirá en los 200m en París (AFP)

La velocista bielorrusa Krystsina Tsimanuskaya, que desertó de manera espectacular durante los Juegos de Tokio, compite ahora por Polonia, y pese a las muchas vicisitudes siempre estuvo convencida de que correría en París.

La atleta, especialista de 100 y 200 metros, protagonizó un escándalo diplomático en Japón, de donde huyó con ayuda del COI porque temía ser repatriada a la fuerza a Bielorrusia y encarcelada, tras criticar a su delegación.

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A sus 27 años, ahora representa a Polonia y competirá en los 200 metros planos de París, cuyas eliminatorias comienzan el domingo 4 de agosto. "Los sueños se cumplen", asegura la atleta, que luce una camiseta roja con el nombre de Polonia en el pecho.

En su antebrazo izquierdo tiene un tatuaje en ruso, su lengua materna, que resume su lema de vida: "demasiado fuerte para abandonar".

En Japón, la velocista se refugió en la embajada de Polonia y luego huyó a ese país. El incidente diplomático se produjo en plena represión de la disidencia bielorrusa, tras las elecciones que dieron un nuevo mandato al presidente Alexander Lukashenko en 2020, y que la oposición tachó de fraude.

Krystsina Tsimanuskaya

Krystsina Tsimanuskaya fue una de las 2 mil personalidades del deporte bielorruso que firmaron una carta abierta, en la que pedían nuevas elecciones. Tres años más tarde, la atleta parece relajada y feliz de sentir el ambiente. "Tengo la sensación de volver a Tokio, en un sentido positivo", dice con una sonrisa.

La invasión de Ucrania por Moscú en febrero de 2022, en la que Bielorrusia ayudó prestando su territorio a las tropas rusas que pretendían llegar a Kiev, complicó su tentativa de cambio de nacionalidad. Tsimanuskaya, que desde entonces aprendió polaco, recibió además amenazas por internet procedentes de Bielorrusia, y tuvo que estar escoltada durante meses.

Y la seguridad sigue siendo una de sus grandes preocupaciones. De hecho, prefiere mantenerse dentro del recinto de la Villa, y espera evitar cruzarse con los atletas bielorrusos que compiten en París bajo bandera neutral, a causa del apoyo de Minsk a la invasión rusa de Ucrania.

La velocista todavía recuerda a los agentes del KGB bielorruso que acompañaban a la delegación nacional. Y en estos Juegos de París, dice, "me han avisado de que no debo ir sola a ningún sitio". Ahora paga los efectos del estrés permanente sufrido durante años. "Cada dos meses me enfermo". 

Tras París, tiene pensado concentrarse en su salud y preparar los Mundiales de Tokio del año próximo. Sus problemas de salud, no obstante, podrían obligarla a adelantar su retirada del atletismo, y aún no sabe si podrá participar en Los Ángeles en cuatro años.

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