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Nacional

Se fragmenta el Cártel del Pacífico

La pelea de El Guano, hermano de Joaquín El Chapo Guzmán, con Los Chapitos, comenzó una guerra generacional dentro del grupo delictivo

Jorge Fernández Menéndez | 26-03-2024
Mil 800 elementos del Ejército mexicano vigilan la zona donde se dieron los plagios masivos el pasado viernes, en Culiacán, Sinaloa.
Mil 800 elementos del Ejército mexicano vigilan la zona donde se dieron los plagios masivos el pasado viernes, en Culiacán, Sinaloa. Foto: AFP


El Cártel del Pacífico, también conocido como de Sinaloa, se ha enfrentado a una ruptura por etapas y ya nada queda del grupo delincuencial controlado por el triunvirato formado por Joaquín El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y El Azul Esparragoza.

Primero fue la escisión que dio lugar al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); después vino la ruptura de Los Chapitos y El Mayo, tras la condena de El Chapo Guzmán, luego de la participación del hermano y el hijo de El Mayo en el juicio de Nueva York contra éste, lo que dio pie a la ruptura con sus hijos.

Más recientemente apareció El Guano, hermano de Guzmán Loera y quien había operado con él durante años, reclamando ser el sucesor. Y comenzó otra guerra, con innumerables golpes recíprocos en los últimos años, entre ellos, el secuestro masivo del pasado viernes.

El cambio generacional, así como el negocio del fentanilo, son el trasfondo de esta nueva etapa en el grupo delictivo.

 

 

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Se resquebraja el Cártel de Sinaloa

En 2016, tras ser deportado a EU El Chapo, sus hijos fueron sorprendidos en Puerto Vallarta por el CJNG y secuestrados.

 

Nada queda de aquel Cártel de Sinaloa que controlaba con mano de hierro y eficacia un triunvirato formado por El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y El Azul Esparragoza.

El Chapo cumple cadena perpetua en Estados Unidos, El Azul se supone que falleció por causas naturales, El Mayo está en libertad, pero con fuerza menguadas, tiene 76 años, el cártel se ha dividido y el hecho de que su hijo y su hermano se hayan convertido en testigos protegidos de la DEA y hayan brindado testimonio contra su compadre El Chapo en el juicio de Nueva York lo ha deslegitimado ante otros grupos del cártel.

Las rupturas se han dado por etapas. Primero, fue con lo que ahora conocemos como el Cártel Jalisco Nueva Generación que hace años era un grupo subordinado a otro de los socios de Sinaloa: Nacho Coronel. Pidieron su lugar en la mesa en lugar de Coronel, como no se lo dieron se fueron distanciando.

Después de la liberación de Caro Quintero éste reorganizó su gente, y como no recibió el trato que esperaba terminó aliado con los restos de Los Beltrán Leyva en Sonora, disputando la frontera.

En cuanto su padre fue deportado a Estados Unidos, sus hijos, Los Chapitos, fueron sorprendidos en Puerto Vallarta por el CJNG y secuestrados. Medió El Mayo para que no los mataran y los dejaron en libertad.

Pero Los Chapitos ya se habían involucrado de lleno en un negocio que les dio, muy rápidamente, enormes recursos: el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Ellos abrieron ese mercado y con esos recursos se hicieron poderosos.

Vino el intento de detención de Ovidio Guzmán, identificado como uno de los principales productores de la droga que estaba dejando 100 mil muertes por sobre dosis al año en Estados Unidos, y la detención se frustró por el culiacanazo, donde todavía El Mayo unió fuerzas con Los Chapitos para lograr la liberación de su ahijado.

Pero después de la condena de El Chapo y la participación del hermano y el hijo de El Mayo en el juicio de Nueva York contra El Chapo, la relación con Los Chapitos prácticamente se rompió. Pero apareció El Guano, hermano de Guzmán Loera y quien había operado con él durante años, reclamando ser el sucesor. Y comenzó otra guerra, la de los hijos contra el medio hermano del Chapo. El Guano generacionalmente está mucho más cerca de El Mayo, pero es un hombre muy violento. Los Chapitos también lo son. Se han dado innumerables golpes recíprocos entre los tres actores en los últimos años, dentro y fuera de Sinaloa.

El secuestro masivo del fin de semana comenzó con la detención de El 50 operador de El Mayo, y aparentemente también del Guano, en Nogales, Sonora, un punto estratégico para la introducción de drogas y el tráfico de personas.

A la caída de El 50 interpretada como una delación se sucedió el asesinato de una célula de Chapitos en Nogales y días después se arrojaron varios cuerpos en Badiraguato. En respuesta Los Chapitos secuestraron a unas once familias (pueden ser más, esas son las que han hecho denuncia) supuestamente relacionadas con El Mayo y El Guano. Las autoridades no liberaron a nadie, han sido los criminales los que han ido liberando a sus rehenes porque lo que quieren es identificar quiénes asesinaron a los suyos en Badiraguato. Aparentemente ya los tienen, son los ocho que faltan.

No es el final de la historia, es el inicio de una nueva etapa en la guerra del crimen organizado que tiene como trasfondo el cambio generacional de estos grupos, pero también el profundo cambio que ha provocado el negocio del fentanilo. 

Para el gobernador Rubén Rocha son cosas que pasan, para el presidente López Obrador un conflicto entre grupos que asegura no afecta a la población. Un centenar de niños, mujeres, ancianos, hombres secuestrados y no pasa nada.

 

 

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clm

 

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